Es obvio que la mitología que creó Tolkien era fantástica e increíble. En parte estaba basada en el Kalevala, libro de origen finés en el que cuenta las historias de la creación del mundo y diversas aventuras de la mitología finesa, y en la mitología nórdica. En un mundo dónde hay elfos, hombres, dragones, trasgos e incluso hobbits, que son criaturas que él mismo creó, aparentemente no hay nada que pueda fallar.
Normalmente las personas empiezan a leer obras de Tolkien por el Señor de los Anillos, ya que es la trilogía más comercializada y explotada en cuento a películas, juegos, étc. Es un fantástico libro, pero yo empecé por El Hobbit, ya que sabía de antemano que la historia de El Hobbit ocurría antes que la de El Señor de los Anillos, y tengo esa manía (sana) de empezar las cosas por el comienzo, es decir, si hay un libro, quiero leerme al que había antes, algo que es obvio, pero con los libros de mitologías pasa algo más curioso e interesante: me gusta empezar por el verdadero principio, el origen de toda la mitología. Tolkien redactó la creación de Arda, el mundo, y todo lo que tiene que ver con la creación, desde el nacimiento de los elfos hasta el de los hombres y mucho más, en un libro llamado El Silmarillion.
Antes de empezar a leer El Silmarillion, cuando leía El Hobbit, indagué un poco sobre Tolkien y encontré algo que no me gustó: Tolkien era cristiano practicante. Esto me decepcionó bastante ya que me imaginaba que un hombre con tanta imaginación para crear una religión pertenecería a una que se pareciera a la que él habría creado, como el odinismo, o que simplemente creía en la suya que había creado. Pero no, resultó ser católico practicante y entonces empezó a quedarme claro por qué había un dios, Illuvatar, por encima de otros espíritus a los que llamaba Ainur. Eso me abrió lo ojos un poco más, aunque seguí leyendo sus libros sin importarme la religión de su autor ya que su imaginación era increíble y la plasmaba de una manera muy bella.
Tiempo después, la semana pasada, me reenganché a sus libros, empezando de nuevo El Señor de los Anillos, ya que los dejé por causas que ya ni recuerdo. Empecé a leer y era magnífico. Me pasó lo mismo que con El Hobbit: empecé a indagar sobre Tolkien. Pero esta vez más allá de su biografía: quería saber si había personas que siguieran la mitología de Tolkien en forma de religión. Llegué entonces a su biografía en Wikipedia donde, en el sub-apartado de religión encontré que Tolkien afirmó que "El Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica". Ésto, como podéis esperar, me desmoralizó por completo. ¿Y pensar que estaba leyendo una obra cristiana? Nadie lo diría...
Desde entonces no he vuelto a coger un libro de Tolkien. Es posible que no lo esté haciendo bien porque, ¿me debería importar la visión del autor? ¿Y si yo le doy la mía propia, sería engañarme a mi mismo? Además, dicen que no se debe judgar a las personas por su religión, ¿o quizás sí?
Wolfson
Un poco tarde el comentario, pero no comparto lo que dices.
ResponderEliminarNo veo una influencia cristiana en la obra de Tolkien, de hecho, en EL SEÑOR DE LOS ANILLOS y en EL HOBBIT apenas que menciona algo sobre las religiones o cultos de cada personaje y en SILMARRILLON inventa una mitologia que tiene mas similitudes a la nordica, a la griega o a la romana que a la cristiana.
Saludos.
Mariano